A LA MESA DEL REY
“Y dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia
por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre;
y tú comerás siempre a mi mesa”
(2º Samuel 9:7)

      Sus miradas, expresiones y comentarios reflejaban una falta de misericordia hacia ese chicho que no era parte de su círculo adinerado. Algunos mostraban sorpresa al ver a uno que no era parte de su círculo social sentado a esa mesa. Otros dejaban ver atisbos de envidia con sus comentarios cínicos y algunos otros lo único que intentaban era hacerle ver a Jack, por activa o por pasiva, con palabras o con expresiones, que él no pertenecía entre ellos y no tenía ni mucho menos el derecho de estar sentado a esa mesa. Entre otras muchas cosas, la escena muestra que la mesa, un lugar que debería haber sido de comunión, se convirtió en un lugar de falta de misericordia y aceptación por muchos de los comensales que la integraban. Esto fue todo lo contrario a lo que le sucedió a Mefi-boset hijo de Jonatán el amigo del rey David. El rey David invitó a Mefi-boset a comer de la misma mesa que él como rey comía “y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre, y tú comerás siempre a mi mesa” (2º Samuel 9:7). La mesa del rey David se convirtió para Mefi-boset en una mesa en la cual la misericordia del rey le alcanzó y le fue mostrada. Segundo, se convirtió en una mesa de restauración para su vida y tercero, se convirtió en una mesa de participación eterna de las abundancias del rey. 


      Mefi-boset fue el hijo del Jonatán el amigo fiel del rey David. Ahora bien, su situación era altamente complicada para la sociedad de aquel tiempo. Mefi-boset había quedado cojo después de haber sufrido un accidente. Justo después de la llegada de las noticias de Jezreel de la muerte de Saúl y de Jonatán, la nodriza de Mefi-boset cogió al niño en brazos, que por aquel entonces tenía cinco años y en su camino de huida el niño se le cayó de los brazos quedando cojo (2º Samuel 4:4; 9:3). Sin lugar a dudas esto afectaría de manera seria a Mefi-boset en el resto de su vida. En un tiempo en el cual no había servicios sociales establecidos ni leyes de dependencia, poco podía hacer Mefi-boset para seguir adelante. No podía formar parte de un ejército en caso que tuviese que defender los intereses de su reino. Tampoco podía trabajar la tierra debido a su discapacidad física. Quedaba sujeto al ataque y abuso de aquellos que de manera inmisericorde quisiesen actuar como bullies hacia él. Mefi-boset estaba sujeto a depender de la ayuda de otros y de la caridad de otros. Si aquellos con los que vivía, Maquir y Amiel en Lodebar, no podían cuidar de él o le dejaban, Mefi-boset quedaba sujeto prácticamente de manera certera a una vida orientada a tener que mendigar ¿qué podía cambiar una situación así? Lo único que podía cambiar tal situación era la muestra de una bondad ejercida hacia la miseria y situación de Mefi-boset y fue precisamente esta misericordia la que alcanzó a Mefi-boset.
Pastor Rubén Sánchez
Devocional Semanal - Pastor Rubén Sánchez
"...y le puso por nombre Eben-Ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1ª Samuel 7:12)
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Qué gran misericordia la de nuestro Rey Jesucristo! No es de extrañar entonces que Jesús mismo establezca que una de las bienaventuranzas que conforman el carácter de todo ciudadano del reino de Dios sea “bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia” (Mateo 5:7). Si hemos sido alcanzados por la misericordia de Cristo en el evangelio ¿cómo no deberíamos nosotros mostrar la misericordia de nuestro Señor hacia los demás? No podemos olvidar que quizás, esa misericordia mostrada pueda ser para muchos otros los atrios que dan entrada a sentarse a la mesa de nuestro Rey.
MARTES

Leer: 2 Samuel 9:1-13

Meditar: ¿Qué es aquello que dos veces pide el rey David? ¿Por qué crees que David quería mostrar misericordia hacia alguien de la casa de Jonatán? ¿Qué te hace pensar la realidad que David quiera mostrar misericordia? ¿Qué es lo que hace exactamente David con Mefi-boset? ¿Cómo es restaurado Mefi-boset? ¿Qué importancia tiene que Mefi-boset mirase en Jerusalén tal y cómo menciona el v.13? ¿Cómo crees que lo hecho por el rey David se cumple en Jesucristo?

Orar: Bendice a Dios porque en la persona de nuestro Señor Jesucristo que cumple el ideal de rey, misericordia, restauración y comunión eterna con Dios nos han sido dadas.


MIÉRCOLES

Leer: Lucas 15:1-10

Meditar: ¿Qué contexto nos muestra el v.1? ¿Cuál es la acusación que los fariseos y escribas lanzaron a Jesús? ¿Qué importancia crees que tiene la expresión “recibe y come? ¿Qué relación ves entre estos dos aspectos, recibir y comer con alguien? ¿Puedes investigar un poco lo que implicaba la idea de sentarse a la mesa con alguien? ¿Qué dos parábolas explica Jesús en los vv.4-10 para rebatir la acusación de los escribas y fariseos? ¿Cuál crees que es el punto central de la enseñanza de las dos parábolas?

Orar: Da gracias a Dios porque en la situación de pecado que te hallabas Cristo vino a mostrar misericordia y a salvar.


JUEVES

Leer: Lucas 19:1-10

Meditar: ¿Quién era Zaqueo? ¿Qué importancia crees que puede tener que fuese descrito como jefe de los publicanos y rico? ¿Por qué crees que Zaqueo quería ver a Jesús? ¿Cuál eran los impedimentos que tenía Zaqueo para ver a Jesús? ¿Qué le dice Jesús a Zaqueo y qué importancia tienen sus palabras a la luz de lo que murmuró la multitud? ¿Qué es lo que demuestra el cambio de Zaqueo en el v.8? ¿Cómo crees que tuvieron de ser de chocantes la palabras dichas por Jesús en el v.9 a oídos de los que murmuraban? A la luz del v.10 responde ¿qué propósito tuvo la venida del Hijo del Hombre? ¿Crees que Zaqueo buscó a Jesús o Jesús buscó primero a Zaqueo? 

Orar: Bendice a Dios porque fue Jesús quien primeramente vino a buscarte en tus pecados y gracias a esto pudiste buscarle a él. Bendice a Dios porque él nos dio a su Hijo para salvar a aquellos que estábamos perdidos en pecados.


VIERNES

Leer:  1ª Timoteo 1:8-16

Meditar: ¿Para quién fue dada la ley? ¿Por qué crees que la ley fue dada para todos aquellos descritos en los vv.9-11? ¿Cuál es el patrón expuesto en el v.11? ¿Cuál es el ejemplo que Pablo da de alguien que encajaba en la lista de los vv.9-11? ¿Por qué Pablo acabó entrando en el ministerio? ¿Qué se demostró en su vida? ¿A qué fue recibido Pablo? Según los vv.15-16 ¿cómo crees que Pablo usa su testimonio? ¿Principio general crees que Pablo pretende mostrar con su testimonio según el v.15? ¿Cómo el testimonio de Pablo se aplica a nivel general a todo pecador?

Orar: Da gracias al Padre celestial porque el evangelio es palabra fiel y que no falla y por tanto es digna de ser recibida. Da gracias al Padre celestial porque Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores.


SÁBADO

Leer: Hechos 13:26-34

Meditar: ¿Cuál es la ironía presentada en el v.27 en cuanto a los gobernantes de Jerusalén? ¿Qué es lo que se cumplió? ¿Qué es lo que hizo Dios con Jesucristo según el v.30? Según el contexto ¿cuál es el evento histórico que es centro del evangelio en el texto leído? ¿Cómo relaciona el autor la resurrección de Jesucristo el Salmo 2:7 y con las misericordias entregadas a David? Lee Isaías 55:3 ¿cuál crees que son las misericordias de David y cómo se cumplen en la resurrección de Jesucristo?

Orar:  Bendice a Dios porque la misericordia que Dios mostró a David realizando un pacto con él en el cual se reino sería eterno, es la misericordia mostrada en Jesús resucitándole de los muertos, sentándole en el trono celestial para un reinado eterno.
      Una de las escenas que puede verse en la aclamada y premiada película Titánic, es aquella en la que Jack (interpretado por Leonardo DiCaprio) es invitado a comer a la mesa de la clase social alta y de la burguesía adinerada del gran transatlántico. Un chico que provenía de una clase social baja, un estrato de la sociedad que para muchos era considerado vulgar, sin educación y sin valor alguno se sentó a comer a la mesa de aquellos que eran nuevos ricos y supuestamente más importantes que no él. La escena - aparte de mostrar la problemática de Jack con la multitud de cubiertos cada uno de ellos dedicado a una comida distinta - muestra también la falta de misericordia por la mayoría de comensales que estaban sentados a la mesa.
      La sección de 2º Samuel 9 en la cual se integra la historia de Mefi-boset dos veces repite la pregunta de David si había quedado alguno de la casa de Saúl y de Jonatán sobre el cual pudiese ejercer misericordia (2º Samuel 9:1, 3). David tenía en su corazón la intención de ejercer misericordia sobre alguien que perteneciese a la familia de su íntimo amigo Jonatán quien había muerto. David como rey no tenía ninguna necesidad de hacer algo así, por tanto, ¿qué movió a David a hacer algo así? No puede perderse de vista que David y Jonatán fueron amigos con una relación de amistad que muchos triste y maliciosamente han mal interpretado. Su amistad era un relación de pacto entre David y Jonatán (1º Samuel 18:3). En nuestra sociedad occidental y del siglo XXI hablar de la amistad como una relación de pacto posiblemente es algo que queda alejado de muchos.
      Nuestro tiempo habla de pactos cuando en realidad debería hablar más de contratos que buscan beneficios por ambas partes. El objetivo del pacto no es la búsqueda de beneficios sino la búsqueda de relación entre ambas partes y la esencia que une la relación de pacto es la esencia del amor leal o lealtad y la fidelidad o misericordia. Cuando David y Jonatán entraron en pacto en 1º Samuel 18:1-4 su amistad se forjó sobre el amor leal y la misericordia. Se dice que “quien tiene un amigo tiene un tesoro” pero lo cierto es que solemos perder de vista que la amistad es un don que Dios nos ha dado. Una amistad forjada sobre la lealtad y fidelidad del evangelio es una amistad que perdura más allá de nuestro tiempo en la tierra. Es precisamente este pacto de amistad y la misericordia como esencia del mismo lo que movió a David a buscar deliberadamente a alguien de la casa de Jonatán que pudiese ser depositario de esa misericordia. Cuando David se encuentra con Mefi-boset le dice “no temas” y la razón de ello es “porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre”.


      Mefi-boset, el hijo de Jonatán que se encontraba en la miseria de estar en una situación física difícil y expuesto a un futuro incierto, se encontró delante del rey David sin temor por la razón que la misericordia del rey le halló y la bondad del rey se manifestó sobre su miseria. Mefi-boset tenía claro su condición de miseria hasta el punto que utiliza la imagen del “perro” uno de los animales impuros dentro del judaísmo para referirse a él mismo “¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo?” (v.8).  Esa gran miseria era la de Mefi-boset tan mísero e impuro como un perro, pero sobre esa gran miseria sobreabundó la misericordia del rey. El pacto de David y Jonatán ahora se expresó con la misericordia que encontró a Mefi-boset. Por tanto, la misericordia no es algo buscado sino que es entregado, fluye de una relación de pacto cuya base es el amor. Es la misericordia la que busca al que está en miseria para sacarlo de ella y esto es lo que sucedió con Mefi-boset. La misericordia de David fue ejercida sobre él y “te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre”. Mefi-boset no halló únicamente misericordia sino también restauración en su vida. Aquel que posiblemente podía tener en mente ¿qué será de mí cuando me quede solo? ¿Cómo sobreviviré en la situación que estoy? Ahora le fueron restauradas las tierras de su abuelo Saúl y no únicamente esto, también le fueron dados siervos para que trabajasen las tierras (2º Samuel 9:9-10). Todo aquello le fue restaurado pero David no quedó ahí, la misericordia fue grande hasta el punto de permitir a Mefi-boset comer para siempre de la mesa del rey “y tú comerás siempre a mi mesa”.
     Comer de la mesa del rey era participar de la abundancia del rey pero mucho más era estar en comunión con el rey como uno de sus hijos “Mefi-boset, dijo el rey, comerá a mi mesa, como uno de los hijos del rey” (v.11). Aquel que nada tenía que ver con el rey, por el pacto con Jonatán, ahora Mefi-boset había sido adoptado como hijo del rey para comer para siempre en comunión con David el rey de Israel. La historia de David con Mefi-boset nos muestra de la gran importancia del ejercicio de la misericordia. Enseña que la misericordia nunca debería ser algo mendigado en la vida de aquellos que están en verdadera necesidad y miseria. La misericordia es algo que busca al mísero porque fluye de un amor que es capaz de ponerse en la miseria del necesitado.
      La misericordia nunca es ejercida para posteriormente pasar cuentas de lo hecho o para mostrar al mísero la terrible de su situación. Todo lo contrario, no pasa cuentas porque fluye del amor que se entrega y no muestra lo terrible porque en su esencia está el restaurar y proveer para la dignidad de la persona. Así fue la mesa de David para Mefi-boset pero mucho mayor es la misericordia que nos ha sido dada en Jesucristo.


      Dentro de la historia de la salvación, el rey David no es más que la sombra del Rey de reyes que había de venir, nuestro Señor Jesucristo. Por tanto, aun y la grandeza de la misericordia mostrada por David a Mefi-boset, no podemos quedarnos ahí. La misericordia imperfecta de David debe llevarnos a la misericordia gloriosa y perfecta de Jesucristo. Ciertamente Jesús miró la miseria de nuestro pecado pero para sentarnos a la mesa con él antes él tuvo que sentarse a la mesa con nosotros y ser acusado de comer con publicanos y pecadores. Publicanos, rameras, pecadores fueron los comensales con los que se sentó a comer Cristo, pero también fueron aquellos que experimentarían la misericordia del Rey de reyes. En el último y nuevo pacto la misericordia de Cristo nos alcanzó en nuestra miseria del pecado. Su bondad se derramó sobre nuestra miseria del pecado como la expresión de su amor hacia el Padre y hacia aquellos que el Padre le entregó. No buscamos en absoluto la misericordia de Cristo Jesús, pero lo grandioso es que Jesucristo el Rey sí nos buscó y encontró para derramar su misericordia sobre nosotros. Quizás dijimos a Jesucristo como Mefi-boset a David “¿quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo?” Pero Jesucristo en su persona y obra en la cruz restauró aquello que perdimos. Lo que había sido de nuestro padre Adán y que perdimos por nuestro pecado ahora nos es restaurado en nuestro Señor Jesús. La mesa de comunión con Dios como hijos que perdimos ahora Cristo nos ha vuelto a sentar en ella como hijos de nuestro Dios adoptados en nuestro gran Rey Jesucristo para gozar de las riquezas abundantes de nuestro Dios por toda la eternidad.